Para ser exitosos en la implementación de este nuevo paradigma de modelaje del genoma social mediante estándares de desarrollo integral a gran escala, primero debemos entender que somos parte de un supra-sistema con subsistemas organizacionales (Instituciones Públicas, Organizaciones No Gubernamentales, Empresas, Organizaciones Sociales de Base ,Barrios, Comunidades, Familias, etc.) todos los cuales tenemos una cultura o comportamiento organizacional que reproduce, sustenta y defiende el paradigma asistencialista vigente.
Por ello el reto no está solo en concebir un nuevo paradigma que modele y cambie el genoma social de las personas a través de procesos por implementar en algunos espacios o células sociales, sino también en generar una estrategia de cambio y expansión para poder implementar este nuevo paradigma de desarrollo humano integral a mayor escala considerando la resistencia al cambio propia del paradigma asistencialista.
Por lo tanto, primero es necesario develar las deficiencias del actual paradigma en el abordaje de los problemas sociales a nivel territorial, el cual está relacionado al diseño y concertación de Políticas Públicas y al hecho de querer implementarlas a través de Planes Estratégicos o Planes Sectoriales que toman la forma de Planes Nacionales, Regionales y Locales de Desarrollo, los cuales se busca que sean diseñados e implementados en forma concertada y participativa.
En cuanto al diseño y concertación de Políticas Públicas, es muy conocido y loable el esfuerzo de las organizaciones del estado y de la denominada Sociedad Civil de tratar de concertar las mismas con base en problemas considerados prioridades nacionales, regionales o locales, según el nivel de gobierno donde se actúa. Sin embargo, es conocida también la falta de eficacia en su implementación, lo que al final establece que este tipo de procesos sean “grandes activismos políticos” que no conducen a resultados concretos y efectivos.
Experiencias conocidas como “Acuerdos Nacionales” o “Políticas Nacionales Concertadas en cuanto a Niñez, Adolescencia y Juventud”, “Planes Nacionales contra la Desnutrición Infantil”, entre un sinnúmero de acuerdos suscritos y firmados por otro un sinnúmero de agentes participantes, son finalmente documentos que adolecen de mecanismos eficaces de implementación y medición de resultados concretos, más allá de lo que algún agente participante logra hacer como parte de su propia misión institucional.
Es más, incluso dentro de los propios políticos y actores de la sociedad civil que participan de los procesos de concertación de políticas públicas, muchas de las prioridades establecidas no son compartidas pero sí aceptadas, existiendo por ende procesos implícitos de negociación e incidencia para que dichas políticas públicas consideren en su propuesta al menos parte de los intereses y mandatos institucionales de los propios agentes participantes.
Todo ello se agrava en su factibilidad de implementación, cuando asume la conducción una nueva autoridad política que no participó del proceso en su momento, desconociendo todo lo concertado, aunque existan documentos de compromiso o pactos firmados por todos los agentes participantes en su momento.
Por otro lado, es también conocido el esfuerzo de concertación que se hace en el proceso de diseño e implementación de “Planes de Desarrollo” o “Planes Sectoriales”, muchos de los cuales culminan siendo también documentos archivados en los gabinetes de alguna Municipalidad, Gobierno Regional o Ministerio. Entre las principales causas que explican esta ineficacia operativa, están siempre la falta de presupuesto para muchas de las actividades o proyectos propuestos; el cambio de autoridades o funcionarios que respaldaban política o técnicamente la implementación del plan; la falta de capacidades técnicas para implementar los proyectos; entre otras justificaciones o “Efectos Mariposa” existentes.
En el mejor de los casos, los “Planes de desarrollo” que llegan a implementar parcialmente algunas de sus actividades, lo hacen a través de algunos proyectos de inversión que en su mayoría están relacionados con la construcción de infraestructura básica. Esto, debido a que esas obras son muy valoradas tanto por los políticos como por la población, aunque su construcción no contribuya a la solución del problema social que fue la base de su justificación, lo cual es parte del paradigma vigente.
Sin embargo, en los casos en que se llega a implementar algún proyecto de desarrollo social que no se limita tan solo a la construcción de infraestructura, estos solo se orientan a tratar de contribuir a solucionar algún problema social considerado como prioritario en su momento, con base en un conjunto de actividades formuladas como parte de un “Marco Lógico” establecido dentro del paradigma vigente. Lo cual como sabemos no llega a abordar la real complejidad del problema social que se pretende resolver, siendo finalmente las actividades de implementación del proyecto activismos que no conducen a resultados concretos.
Por ende la gran mayoría de proyectos de desarrollo social, sean implementados en forma centralista o descentralizada, no muestran al final logros específicos en cuanto a la solución de los problemas complejos que pretendían ayudar a resolver, justificando sus gastos tan solo por el conjunto de actividades realizadas (infraestructura construida, charlas, talleres, spots radiales, reuniones de coordinación, etc.) y los gastos de operación y administración incurridos (remuneraciones, pasajes, viáticos, refrigerios, impresiones, etc.) amparándose nuevamente en la justificación ya conocida por todos nosotros que la solución de los problemas sociales es a largo plazo.
Sin embargo, es necesario aclarar que en el marco del nuevo paradigma de modelaje del genoma social propuesto para el abordaje de la complejidad y el caos, todo lo anteriormente expresado son tan solo justificaciones de la ineficacia e ineficiencia del paradigma vigente. Aunque se contara con el respectivo presupuesto y el respaldo político para implementar todas las actividades de los planes o proyectos de desarrollo del actual paradigma, incluso de manera descentralizada a nivel local, estos no llegarían a solucionar los problemas priorizados, dado que esta forma de gestión simplista y reduccionista del desarrollo social no considera ni de lejos la posibilidad de administrar la variedad de procesos necesarios para resolver los problemas complejos que pretenden contribuir a resolver.
Finalmente, a todas estas limitaciones del paradigma asistencialista actual para resolver los problemas sociales complejos en una escala territorial, se suma la existencia mayoritaria de programas sociales asistencialistas en todos los niveles, los cuales refuerzan el paradigma político y social de la necesidad de depender de las capacidades y recursos del estado, la cooperación internacional, las ONG o las empresas socialmente responsables para poder resolver los problemas sociales de nuestra gente.
Por ende, podríamos llegar a concluir que es este último aspecto el que con mayor fuerza sostiene la vigencia del paradigma asistencialista actual, el cual pese a estar mostrando objetivamente su ineficacia se mantiene y es defendido en sus mecanismos obsoletos de implementación por la mayoría de actores políticos, sociales y la propia población.
Adicionalmente, es necesario observar que incluso las experiencias o mecanismos de gestión descentralizada y participativa tanto de servicios públicos como de programas y proyectos sociales implementados por parte del estado (“Núcleos Ejecutores[1]”, “Asociación Comunidad Local de Administración de Salud (ACLAS)[2]”, entre otros ejemplos), padecen de los mismos problemas de eficacia y eficiencia del paradigma vigente, cuando se trata de abordar problemas complejos, sin embargo son bastante eficaces y eficientes cuando se trata de implementar acciones o soluciones específicas para problemas no complejos (gestión de recursos, construcción de obras, prestación de servicios, atención de reclamos, etc.).
Sin embargo, también hay que reconocer que cuanto más se logre un estado descentralizado, mejores son las posibilidades de que las unidades de gestión descentralizadas puedan administrar los procesos necesarios para abordar la variedad y complejidad de los problemas sociales existentes y lograr mejoras sustanciales basadas en el nuevo paradigma de modelaje del genoma social con base en estándares de desarrollo integral.
Paralelamente, con el objetivo de establecer una propuesta de expansión territorial del nuevo paradigma, debemos considerar la presencia ineludible del proceso de la globalización, el cual trae consigo formas adicionales de interacción de los determinantes individuales, sociales, culturales, políticos, económicos y ambientales que se encuentran detrás de los problemas complejos. Interacción que va más allá de las fronteras geográficas o políticas establecidas por los países. En este sentido, debemos añadir el planeta tierra en su conjunto como otra de las categorías del concepto de territorio, incluyendo la existencia de líderes que promueven un Estado Global, que cada vez está tomando más protagonismo en las decisiones de política que afectan a todos los países y habitantes de nuestro planeta en su conjunto.
En conclusión, es necesario que contemos con una propuesta territorial de implementación descentralizada del nuevo paradigma propuesto, sobre la base de las necesidades reales sentidas por las personas en un contexto globalizado, teniendo en cuenta algunas de las fortalezas del paradigma asistencialista vigente, que son la tendencia hacia la descentralización de las funciones y competencias del Estado y la predisposición de la gente a concertar y participar en los diversos niveles de organización y gestión del desarrollo humano integral a nivel territorial, como son las Organizaciones de Gobierno (ODGs), las Agencias de Cooperación Internacional (ACIs), las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), las Empresas Socialmente Responsables (ESRs), las Organizaciones Sociales de Base (OSBs), las Organizaciones Comunitarias (OCs) y las propias Familias.
Propuesta de implementación del nuevo paradigma a nivel territorial desde el Estado:
Si queremos contar con un Estado que implemente el nuevo paradigma de modelaje del genoma social por medio de estándares de desarrollo integral, de arriba hacia abajo, este deberá reorientar su actual forma de gestión e implementación descentralizada y participativa de políticas públicas y planes de desarrollo basadas en los siguientes procesos de gestión pública para lograr la expansión territorial del nuevo paradigma:
A continuación describiremos cada proceso de esta propuesta de implementación del nuevo paradigma a nivel territorial:
Formular y traducir las políticas de desarrollo económico, tecnológico, social y ambiental en Estándares Específicos para las familias, barrios, comunidades e instituciones públicas y privadas en forma concertada.
Es por todos los emprendedores sociales muy conocido el esfuerzo que hacemos en el paradigma asistencialista actual de abogar por políticas sociales más inclusivas y equitativas, donde cada vez más se han ganado espacios de concertación para su diseño. Por ello, es muy común hablar hoy en día de Acuerdos Nacionales, Mesas de Concertación, Consejos Participativos, etc. como espacios promovidos para la concertación de políticas públicas sociales.
Sin embargo, también es conocida por todos nosotros la debilidad existente en cuanto a la implementación de estos acuerdos o políticas concertadas, lo cual siempre tiene alguna justificación relacionada con la falta de interés de la clase política y los gobiernos de turno por implementarlas, con la consiguiente falta de recursos por ser éste asignado a otras prioridades y la debilidad de traducir las políticas en planes de implementación concretos, entre otras justificaciones que son propias del paradigma vigente.
Adicionalmente, si analizamos estos procesos desde la óptica de las “Teoría de la Complejidad y el Caos”, aunque se contara con recursos y se llegaran a ejecutar algunos de los planes para la implementación de las políticas concertadas, lo logros obtenidos dejarían mucho que desear en cuanto a la solución de los problemas priorizados que originaron dicha política. Ejemplos de este tipo de iniciativas son “Política de Lucha Contra la Desnutrición Infantil”, “Política de Seguridad Ciudadana”, “Política de Lucha Contra la Pobreza”, “Política de Prevención del Embarazo en Adolescentes”, “Política contra la Violencia Familiar”, por citar un mínimo de casos, que no han logrado ser implementados en la medida que se esperaba.
Por ello, en el nuevo paradigma de empoderamiento por resultados, se promueve que el proceso de concertación se oriente más a traducir los indicadores de desarrollo y las políticas públicas en Estándares de Desarrollo Integral, entendiendo por integral a todos los aspectos o áreas de desarrollo humano a nivel individual, social, cultural, económico, tecnológico, político y ambiental.
Por otro lado, el concertar estándares integrales de desarrollo facilita tremendamente los procesos de concertación, puesto que todos los Actores o Grupos de Interés pueden ver reflejados sus mandatos o intereses en un conjunto de estándares que deben ser propuestos por ellos mismos. Estos estándares deberían ser aceptados por todos los agentes de concertación, dado el principio del paradigma de empoderamiento, donde serán las propias personas, familias, barrios, comunidades, instituciones de servicios, etc. quienes tengan la libertad de tomarlos o no en cuenta, para su mejora o logro, de acuerdo a sus reales necesidades y sueños.
En este sentido, la mayor discusión con los Agentes de Concertación se centrará en la pertinencia de los estándares propuestos con base en el contexto y la diversidad cultural y social de la población. Por lo tanto estos estándares deberán ser formulados según los diferentes niveles de gobierno, donde los estándares globales deberían ser comunes para todo el planeta, los nacionales para todo el país, los estándares regionales pertinentes al ámbito y contexto regional y los estándares locales pertinentes a la realidad socio cultural existente en cada distrito.
Para ello, los procesos de concertación de estándares de desarrollo integral se deberán dar en todos los niveles de gobierno, con la participación de sus respectivas autoridades políticas y sectoriales, ONGS, ESRs, OSBs, Familias, etc., según corresponda.
Otra de las ventajas de concertar estándares de desarrollo integral es que a pesar de los cambios políticos que se suelen dar en todos los niveles de gestión territorial, los programas, proyectos o procesos de cambio siempre estarían ligados al logro de dichos estándares, aunque haya cambio de prioridades políticas dados los intereses o mandatos que traen consigo los nuevos actores políticos que entran a operar en un determinado territorio.
Implementar y promover proyectos de inversión públicos y privados para mejorar los Estándares Específicos de Infraestructura y Servicios económicos, tecnológicos, culturales, sociales y ambientales propuestos a nivel de cada unidad de gestión territorial.
En el nuevo paradigma de modelaje del genoma social, el hecho de contar con estándares concertados en los diversos niveles de gobierno es un aspecto sumamente estratégico para la priorización, formulación e implementación de planes de inversión de carácter público y/o privado orientados al logro de resultados que generen un mayor impacto y desarrollo.
El hecho de haber concertado un conjunto de estándares de desarrollo integral a nivel territorial, no solo permite priorizar inversiones por parte de los gobiernos para aquellos estándares que por su magnitud y necesidad requieren de mayores inversiones para lograrlos, sino también genera automáticamente sinergias con la Cooperación Internacional, ONGs o ESRs, ya que éstas orientarán sus recursos hacia proyectos de inversión para lograr los estándares concertados que están dentro de su línea de interés o mandato social. En este contexto, las alianzas público-privadas para inversiones de gran envergadura son más posibles y efectivas.
A manera de ejemplo, los estándares que requerirán de proyectos de inversión en infraestructura y tecnología a nivel Global, Nacional o Regional serán aquellos que estén relacionados con el acceso a medios de transporte e infraestructura vial, disponibilidad de medios de comunicación, de servicios de salud y educación de alta complejidad, disponibilidad de fuentes energéticas y recursos hídricos, entre otros.
Para el nivel local, los proyectos de inversión estarán más focalizados en los estándares relacionados con la disponibilidad y mejora de la calidad de los sistemas locales de saneamiento básico, seguridad ciudadana, sistemas de riego, servicios de salud del primer nivel de atención, instituciones educativas de educación básica, entre otros.
En este sentido, el nuevo paradigma de modelaje del genoma social basado en la gestión de estándares de desarrollo integral permitiría un mejor proceso de asignación presupuestal del gasto público orientado hacia resultados (estándares) y la consecuente evaluación del desempeño de las instituciones públicas, y por qué no también de los programas o proyectos financiados por la Cooperación Internacional, las ONGs y las ESRs, dados los estándares requeridos en su ámbito de intervención.
Promover y asignar recursos para que cada familia, barrio, comunidad e institución de servicio pública y privada se autoevalúe e implemente sus propios procesos de mejora contínua para lograr alcanzar los mayores niveles posibles en cuanto a sus Estándares de desarrollo económico, tecnológico, social y ambiental.
Para poder hacer realmente efectivo el paradigma de modelaje del genoma social en su real magnitud, es necesario también que el Estado y la Sociedad Civil transfieran el poder a la variedad de la población con el fin de que ésta sea la que genere los cambios necesarios para resolver los problemas de la complejidad.
En este sentido, y con el fin de garantizar resultados y lograr eficiencia dentro del nuevo paradigma, si bien la transferencia del poder (competencias y recursos) debe hacerse en forma individual a cada actor social (familia, comunidad, barrio, institución de servicio, etc.), estos a su vez deben estar necesariamente organizados o agrupados en redes sociales de apoyo e inter-aprendizaje, y haber requerido los recursos en función de un proceso previo de autoevaluación de sus estándares de desarrollo integral y la formulación de sus propios procesos o planes de mejora en función de sus aspiraciones, prioridades y reales capacidades.
Para lograrlo, tanto los Gobiernos Locales como las ONGs y ESRs se constituyen en fuentes de empoderamiento, dadas sus capacidades de asistencia técnica y disponibilidad de recursos, los cuales debe ser reorientados para promover “de abajo hacia arriba” que cada actor social implemente sus propios procesos hacia el logro de sus estándares de desarrollo integral, dejando de lado los proyecto de desarrollo social activistas y asistencialistas implementados actualmente de “arriba hacia abajo”.
Si bien hay que reconocer, que incluso en el nuevo paradigma de modelaje del genoma social a nivel territorial podría haber de inicio una cierta carga asistencialista, esta es mucho menor que la actualmente promovida en el paradigma asistencialista. La diferencia adicional es que el nuevo paradigma está orientado hacia el logro de resultados concretos (estándares) por parte del esfuerzo de cada actor social, lo cual promueve una actitud de éxito y una mayor auto confianza en que “sí puede lograr todo lo que quisiera lograr”, generando su propio “Ciclo de Mejora Contínua”, recurriendo cada vez menos al apoyo que pudiera recibir de agentes externos.
Monitorear y brindar reconocimiento por las mejoras de los Estándares de desarrollo económico, tecnológico, social y ambiental logrados a nivel de las familias, barrios, comunidades e instituciones públicas y privadas.
Con el objetivo de lograr la sostenibilidad política y social del nuevo paradigma a nivel territorial, es necesario promover en primer lugar procesos de reconocimiento social con base en las mejoras y logros alcanzados por parte de cada uno de los actores sociales que los motive a seguir mejorando y desarrollando, y por otro lado, brindar reconocimiento político a los agentes promotores de los cambios, sean estos Autoridades de Gobierno, Cooperación Internacional, ONGs o ESRs, para que sigan apostando por esta forma de desarrollo integral y sostenible.
Con el fin de brindar reconocimiento social a los actores sociales, el nuevo paradigma ofrece hasta tres fuentes para lograrlo: primero, el auto reconocimiento de cada actor social hacia sí mismo por sus mejoras y logros; segundo el reconocimiento brindado por su red social en la medida que ésta evidencie dichos logros en sus integrantes; y tercero el reconocimiento que los agentes promotores pueden dar a los actores que han venido apoyando.
Al ser el auto reconocimiento social una consecuencia natural de los procesos implementados bajo el nuevo paradigma, se podría pensar que este no requiere implementar otras metodologías o herramientas para lograrlo. Sin embargo, el promover que los actores que ya lograron mejorar sus estándares brinden asistencia técnica a quienes todavía no lo lograron es uno de las metodologías más efectivas para lograr altos niveles de motivación interna y desarrollar el liderazgo natural de cada persona.
En cambio, para lograr el reconocimiento por parte de las propias redes sociales, sí es necesario promover al menos metodologías o herramientas que permitan que los actores sociales interactúen y compartan sus experiencias dentro de sus propias redes. Para ello, organizar encuentros, difundir boletines informativos, o crear un espacio web para ello, son metodologías y herramientas que pueden ser perfectamente válidas para este fin.
Adicionalmente, lograr que los agentes promotores sean quienes brinden algún reconocimiento social a quienes apoyaron es también una fuente importante para catalizar los procesos de empoderamiento tanto a nivel social y político, por cuanto este tipo de reconocimiento no solo genera motivación en los propios actores sociales, sino también retroalimenta el apoyo social que los actores le brindan su respectivo promotor, lo cual puede ser válidamente canalizado desde el punto de vista político, según el interés de cada agente al respecto. Promover actos públicos de premiación, realizar publicaciones en prensa o medios de comunicación de los logros de los actores sociales, etc. son metodologías que implementan este proceso a nivel territorial.
Finalmente, brindarse reconocimiento político entre los propios agentes de gobierno según niveles de gestión territorial, es también una muy buen práctica de gobierno en un sistema descentralizado y democrático, con el fin de generar mayores sinergias en función del desarrollo territorial de la población. Esto puede implementarse a través de inauguraciones conjuntas, anuncio conjunto de proyectos y logros, etc., aunque quizás debamos reconocer que éste podría ser el proceso más utópico dentro del nuevo paradigma, pero sin embargo no el más importante dado el poder existente en la variedad de las personas que no son de la clase política.
Uso de las Tecnologías de Información y Comunicación para catalizar estos procesos a escala territorial
El uso de la TICs es también un proceso de empoderamiento sumamente importante para el logro de la máxima eficiencia posible en la implementación y expansión del nuevo paradigma por parte del estado a nivel territorial. Algunos de los ejemplos de cómo las TICs llegan a catalizar o impulsar el nuevo paradigma a nivel territorial son:
· Publicar los estándares concertados según niveles de gestión territorial a través de Internet, y que estos se hagan más públicos a través de los medios de comunicación.
· Monitorear los avances en la implementación proyectos de inversión vía Internet mejorando los niveles de transparencia y rendición de cuentas al respecto
· Disponer de fuentes de información y manuales on-line para la implementación de procesos y mejora de los estándares por parte de los actores sociales, con el fin de reducir el asistencialismo y sus costos relacionados.
· Facilitar los procesos de autoevaluación y monitorear los estándares que viene logrando cada actor social con el fin de brindar reconocimiento social propio o externo.
· Contar con un Sistema Web de Información Gerencial (SWIG) que monitoree la mejora de los estándares e indicadores de desarrollo integral a nivel territorial.
· Permitir a las personas y sus redes sociales crear y publicar sus propios estándares de desarrollo integral
· Realizar procesos de evaluación externa on-line con fines de acreditación o certificación de estándares con base en los datos proporcionados por los actores sociales.
· Etc.
Como podemos observar el proceso de expansión territorial del nuevo paradigma de empoderamiento social por estándares es similar al proceso aplicado a nivel de las personas y sus espacios sociales, reflejando así la concepción hologramática y recursiva de la estrategia propuesta para el abordaje de la complejidad.
Rol de la Cooperación Internacional, las ONGs y las ESRs en la implementación del nuevo paradigma:
Sin lugar a duda los recursos provenientes de la Cooperación Internacional, las ONGs y las Empresas Socialmente Responsables son una fuente que puede ayudar a implementar e impulsar el nuevo paradigma de modelaje del genoma social a través de estándares de desarrollo integral, reorientando muchas de las estrategias asistencialistas y activistas, que la mayoría de las veces están dirigidas a la solución de problemas específicos basados en proyectos diseñados a través de “Marcos Lógicos” que atenúan el poder de la variedad.
Para este fin, no debemos ignorar que toda organización que tiene como objetivo promover desarrollo social, tiene sus propias políticas y mandatos, ligados a intereses de diversa índole, por lo que debemos promover que dichos intereses se conecten con los Estándares de Desarrollo Integral que queremos alcanzar, lo cual puede ser logrado a través de los procesos de concertación en el nivel territorial que corresponde.
En este sentido, más que concertar problemas prioritarios, políticas y planes de desarrollo a nivel distrital, regional, nacional o global, lo cual se hace en el actual paradigma asistencialista vigente, lo que se debe concertar son los Estándares de Desarrollo integral que se quisieran lograr a nivel de los individuos, las familias, los barrios, las comunidades y las instituciones de servicios públicas y privadas.
Luego de ello, cada entidad de Cooperación u ONG o ESR puede elegir apoyar la mejora de determinados estándares en forma específica o en conjunto, en el espacio social o territorial que más le interese hacerlo (familia, barrio, comunidad, institución de servicio público, micro cuenca, distrito, región, país, planeta, etc.) lo cual a diferencia del paradigma activista orientado a problemas, sí estaría contribuyendo a crear las sinergias necesarias para lograr un mayor desarrollo social a nivel territorial en función de resultados (estándares) que se traducirían en la mejora de indicadores en forma integral, producto de los cambios promovidos en la variedad.
Adicionalmente, si gran parte de los fondos de estas fuentes fuesen canalizados para promover que sean las propias familias, barrios, comunidades e instituciones de servicio público o privado quienes implementen procesos de mejora en función de sus estándares priorizados según sus propias necesidades sentidas, el efecto catalizador de los cambios y mejoras a nivel territorial podría ser mucho más eficaz y eficiente, considerando que se estaría disminuyendo el componente asistencialista de las actuales intervenciones en el paradigma vigente.
Rol de los Medios de Comunicación dentro del nuevo paradigma:
Si bien los medios de comunicación son reconocidos por el poder que estos tienen para orientar la opinión pública y generar reacciones de diversa índole, dentro del nuevo paradigma estos medios tienen un rol estratégico por cuanto a través de los mismos se puede promover en forma masiva muchos de los procesos de implementación del nuevo paradigma.
El ampliar la visión de futuro de la población y difundir los estándares específicos que ésta puede aspirar para lograr sus sueños; brindar reconocimiento social a todos los actores que vienen implementando estos proceso y logrando mejoras en sus estándares; vigilar el real cumplimiento por parte del Estado y la Sociedad Civil en implementar programas o proyectos con este enfoque, etc., son algunas de las acciones que los medios de comunicación pueden implementar en forma masiva.
Rol de las Universidades e Institutos Superiores dentro del nuevo paradigma:
Por otro lado, las Universidades e Institutos Superiores son espacios donde es necesario incidir con el fin de preparar recursos humanos capaces de implementar y transmitir el nuevo paradigma, así como mejorar e innovar las metodologías y herramientas para su implementación exitosa en todos los espacios o campos del desarrollo humano.
En este sentido, todo profesional que egrese de una universidad o instituto debe estar en condiciones de diferenciar las implicancias y posibilidades de éxito de su forma de intervenir en la sociedad, bajo el enfoque de uno u otro paradigma.
El incorporar en la estructura curricular el estudio y análisis de las teorías de sistemas de caos, complejidad y teoría cuántica, son algunas acciones que ayudarían en la implementación de este nuevo paradigma.
Vigencia del antiguo paradigma asistencialista orientado a la solución de problemas
Finalmente, y a modo de reflexión, a estas alturas podríamos preguntarnos: ¿Será ético y socialmente responsable seguir financiando y promoviendo proyectos concebidos en el antiguo paradigma activista y asistencialista?... es aquí donde cada uno de nosotros como emprendedores sociales tenemos la respuesta, sin embargo hay que precisar que el paradigma asistencialista mantiene su vigencia cuando se trata de dar solución inmediata a problemas sociales específicos y urgentes, que son necesidades realmente sentidas por la gente.
Ejemplos al respecto serían aquellos problemas que ponen en riesgo la vida o seguridad de las personas, ocasionados por inclemencias o desastres naturales o causados por la mano del hombre, tales como la hambruna, la destrucción de viviendas o servicios públicos, la atención de desplazados, las epidemias o pandemias, entre otros.
Es en estos casos donde realmente sí se requiere de una asistencia directa y efectiva, que solucione el problema considerado urgente, para luego en forma paralela implementar el paradigma del modelaje del genoma social a través de estándares con el fin de promover el desarrollo integral de estas personas.
“Si queremos promover el máximo desarrollo humano integral posible, no hay que regalar el pescado… tampoco hay que regalar la caña y enseñar a pescar… solo hay que dejar que las personas sueñen despiertas con un mundo mejor y hagan todo lo que puedan para lograrlo”.
Carlos Guarnizo
[1] Estrategia del Fondo de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES) del estado Peruano, que permite que el estado transfiera recursos económicos a organizaciones de la comunidad reconocidas como “Núcleos Ejecutores” para que sean ellas mismas las que implementen un determinado proyecto de inversión social aprobado por el estado.
[2] Un ACLAS (Asociación Comité Local de Administración en Salud) es un órgano de cogestión constituido en forma de una asociación civil sin fines de lucro con personería jurídica, conformada por personas naturales o jurídicas representativas de una localidad con fines de colaborar con el Estado Peruano en la administración descentralizada de los recursos públicos destinados a la prestación de Servicios de Salud.
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